Club de Encuentro

Manuel Broseta

10 febrero, 2014

El Club de Encuentro debatió sobre el presente y futuro del actual modelo de Estado

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pdf  Bajo el título “El Estado en cuestión. Perspectivas de futuro”, el Club de Encuentro celebró una interesante mesa redonda en la que se trató el presente y futuro del actual modelo de Estado y en el que intervinieron tres catedráticos expertos en el tema: Manuel Arenilla, Director del Instituto Nacional de la Administración Pública; Fernando Vallespín, Director del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset y Joan Subirats, Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona. Margarita Soler, Directora del Departamento de Derecho Constitucional y Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Valencia fue la encargada de introducir el tema y presentar a los ponentes. Soler comenzó hablando de los momentos de confusión que estamos atravesando y de la inseguridad que sienten los ciudadanos ante el porvenir. “La fortaleza del Estado que conocíamos se ha diluido”, afirmó, y la intensa crisis institucional ha provocado que los ciudadanos desconfíen del sistema político. Lo demostró exponiendo algunos datos de las últimas encuestas del CIS que así lo atestiguan. “¿Qué hacer ante esta situación? No vemos la solución con nitidez”. Según ella existen tres grandes opciones, la inmovilista, la reformista y la rupturista. De todo esto hablaron los invitados. 

 El primero en tomar la palabra fue el profesor Manuel Arenilla, Director del Instituto Nacional de Administración Pública en la actualidad.  Arenilla comenzó felicitando al Club por ser uno de esos foros de debate tan necesarios hoy en día porque, según dijo, “para que las cosas avancen hay que comunicarlas y debatirlas”. En su intervención, el Catedrático ofreció un discurso optimista y constructivo, a pesar de no eludir las circunstancias de crisis que nos envuelven. “Es probable que la crisis financiera remita, pero la crisis política e institucional seguirá”, dijo. Sin embargó apeló a la Constitución del 78 a la que calificó de “éxito absoluto”. Según Arenilla, durante estas tres décadas “las cosas no se ha hecho tan mal” y ofreció algunos ejemplos como la salida de la dictadura, el enriquecimiento de la cultura política, la canalización de las cuestiones territoriales, la participación de las fuerzas nacionalistas, la derrota del terrorismo o la entrada de España en las instituciones europeas. “Todo esto permite que tengamos una identidad nítida” y “en términos históricos, un conjunto nacional bien articulado” manifestó.  Arenilla afirmó que existen retos, sin embargo apostó por una perspectiva optimista y abogó por afrontar esos retos juntos. “Necesitamos el apoyo y la colaboración de todos”, concluyó.

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Una visión diferente expuso el profesor Fernando Vallespín, Director del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset que reconoció sentirse preocupado y que dijo plantearse muchas preguntas y conocer pocas respuestas.  La primera de esas grandes preguntas fue “¿Estamos ante un fin de ciclo?”. Según él, la  corrupción generalizada ha provocado unas líneas de agotamiento ante el actual modelo. “Ese edificio constitucional está fatigado y necesita algún tipo de reforma”. Vallespín explicó cómo ve difícil esa reforma con el liderazgo actual, “no es posible pasar a otro ciclo con la clase política que tenemos”. El Catedrático se refirió a un amplio sector de la población y sobre todo de la población joven que se ha quedado al margen de la política, pero a la que sin embargo sí que atraen otros modelos de participación, como los surgidos del 15M. “Ha habido dos desafíos importantes que han dado la vuelta a la situación, uno es la globalización que ha descolocado a los sistemas políticos. El segundo es que están cambiando las formas de hacer política y las tecnologías no son neutrales” afirmó. Según dijo, la forma a través de la cual comunicamos la política no es la adecuada. “Lo que impera es el ruido”. Fernando Vallespín se refirió también a la Unión Europea como factor relevante en esta crisis. “El ciudadano no  esperaba que no pudiésemos  decidir nuestro propio destino” subrayó. El invitado terminó su intervención con más preguntas: “¿Tenemos proyecto? ¿Por qué está aumentando el independentismo catalán? Porque es un proyecto de futuro. Aquí, ¿cuál es el proyecto? ¿Hay algún modelo de política? No tenemos proyecto de futuro” expresó. Por eso, dijo, “estamos obligados a recomponer y a hacer reformas imprescindibles para volver a coser el Estado. Tenemos que poder volver a confiar en nuestros políticos. Si conseguimos eso, conseguiremos todo lo demás”. Joan Subirats fue el último de los invitados en tomar la palabra.  El Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona habló de tres formas de atacar el asunto: el mercado global, el poder territorial y la política. “Ha cambiado la economía y la sociedad pero a la política le cuesta”, cuando además estamos inmersos en lo que algunos han llamado la tercera revolución industrial, subrayó. Para el profesor, el modelo social europeo tiene un problema de futuro. “Durante muchos años hemos conseguido superar muchos conflictos porque el pastel crecía” dijo. Ahora es el momento de discutir objetivos y prioridades. A pesar de todo, Subirats también quiso destacar algunos logros como la revolución educativa que afecta sobre todo a las mujeres o el nivel de desarrollo económico de los últimos años. El ponente se refirió al problema de las autonomías y más concretamente a la cuestión catalana, de la que expuso brevemente sus orígenes. “Hay una notable movilización social en Cataluña alrededor del proyecto para que nos dejen decidir y del modelo de Estado propio». “En la medida en que no haya respuestas frente a la demandas de una parte importante de la población, cada día la situación será peor” concluyó. Antes de cerrar el debate, parte del público pudo trasladar a los invitados algunas cuestiones que les preocupaban, como la reforma Constitución, la participación de las mujeres o la independencia de las distintas comunidades. Estas y otras preguntas continuaron durante la cena reservada a los socios del Club. Margarita Soler, Directora del Departamento de Derecho Constitucional y Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Valencia fue la encargada de introducir el tema y presentar a los ponentes. Soler comenzó hablando de los momentos de confusión que estamos atravesando y de la inseguridad que sienten los ciudadanos ante el porvenir. “La fortaleza del Estado que conocíamos se ha diluido”, afirmó, y la intensa crisis institucional ha provocado que los ciudadanos desconfíen del sistema político. Lo demostró exponiendo algunos datos de las últimas encuestas del CIS que así lo atestiguan. “¿Qué hacer ante esta situación? No vemos la solución con nitidez”. Según ella existen tres grandes opciones, la inmovilista, la reformista y la rupturista. De todo esto hablaron los invitados.   El primero en tomar la palabra fue el profesor Manuel Arenilla, Director del Instituto Nacional de Administración Pública en la actualidad.  Arenilla comenzó felicitando al Club por ser uno de esos foros de debate tan necesarios hoy en día porque, según dijo, “para que las cosas avancen hay que comunicarlas y debatirlas”. En su intervención, el Catedrático ofreció un discurso optimista y constructivo, a pesar de no eludir las circunstancias de crisis que nos envuelven. “Es probable que la crisis financiera remita, pero la crisis política e institucional seguirá”, dijo. Sin embargó apeló a la Constitución del 78 a la que calificó de “éxito absoluto”. Según Arenilla, durante estas tres décadas “las cosas no se ha hecho tan mal” y ofreció algunos ejemplos como la salida de la dictadura, el enriquecimiento de la cultura política, la canalización de las cuestiones territoriales, la participación de las fuerzas nacionalistas, la derrota del terrorismo o la entrada de España en las instituciones europeas. “Todo esto permite que tengamos una identidad nítida” y “en términos históricos, un conjunto nacional bien articulado” manifestó.  Arenilla afirmó que existen retos, sin embargo apostó por una perspectiva optimista y abogó por afrontar esos retos juntos. “Necesitamos el apoyo y la colaboración de todos”, concluyó.

Una visión diferente expuso el profesor Fernando Vallespín, Director del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset que reconoció sentirse preocupado y que dijo plantearse muchas preguntas y conocer pocas respuestas.  La primera de esas grandes preguntas fue “¿Estamos ante un fin de ciclo?”. Según él, la  corrupción generalizada ha provocado unas líneas de agotamiento ante el actual modelo. “Ese edificio constitucional está fatigado y necesita algún tipo de reforma”. Vallespín explicó cómo ve difícil esa reforma con el liderazgo actual, “no es posible pasar a otro ciclo con la clase política que tenemos”. El Catedrático se refirió a un amplio sector de la población y sobre todo de la población joven que se ha quedado al margen de la política, pero a la que sin embargo sí que atraen otros modelos de participación, como los surgidos del 15M. “Ha habido dos desafíos importantes que han dado la vuelta a la situación, uno es la globalización que ha descolocado a los sistemas políticos. El segundo es que están cambiando las formas de hacer política y las tecnologías no son neutrales” afirmó. Según dijo, la forma a través de la cual comunicamos la política no es la adecuada. “Lo que impera es el ruido”. Fernando Vallespín se refirió también a la Unión Europea como factor relevante en esta crisis. “El ciudadano no  esperaba que no pudiésemos  decidir nuestro propio destino” subrayó. El invitado terminó su intervención con más preguntas: “¿Tenemos proyecto? ¿Por qué está aumentando el independentismo catalán? Porque es un proyecto de futuro. Aquí, ¿cuál es el proyecto? ¿Hay algún modelo de política? No tenemos proyecto de futuro” expresó. Por eso, dijo, “estamos obligados a recomponer y a hacer reformas imprescindibles para volver a coser el Estado. Tenemos que poder volver a confiar en nuestros políticos. Si conseguimos eso, conseguiremos todo lo demás”. Joan Subirats fue el último de los invitados en tomar la palabra.  El Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona habló de tres formas de atacar el asunto: el mercado global, el poder territorial y la política. “Ha cambiado la economía y la sociedad pero a la política le cuesta”, cuando además estamos inmersos en lo que algunos han llamado la tercera revolución industrial, subrayó. Para el profesor, el modelo social europeo tiene un problema de futuro. “Durante muchos años hemos conseguido superar muchos conflictos porque el pastel crecía” dijo. Ahora es el momento de discutir objetivos y prioridades. A pesar de todo, Subirats también quiso destacar algunos logros como la revolución educativa que afecta sobre todo a las mujeres o el nivel de desarrollo económico de los últimos años. El ponente se refirió al problema de las autonomías y más concretamente a la cuestión catalana, de la que expuso brevemente sus orígenes. “Hay una notable movilización social en Cataluña alrededor del proyecto para que nos dejen decidir y del modelo de Estado propio». “En la medida en que no haya respuestas frente a la demandas de una parte importante de la población, cada día la situación será peor” concluyó. Antes de cerrar el debate, parte del público pudo trasladar a los invitados algunas cuestiones que les preocupaban, como la reforma Constitución, la participación de las mujeres o la independencia de las distintas comunidades. Estas y otras preguntas continuaron durante la cena reservada a los socios del Club.

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