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Tras el periodo estival, el Club de Encuentro Manuel Broseta retomó sus actividades con la conferencia del presidente del Real Instituto Elcano, Emilio Lamo de Espinosa, que llevó por título, “El confuso estado del mundo: una breve introducción a todo”. En esta ocasión, el encargado de la presentación fue Juan Valero de Palma, vocal de la Junta Directiva del Club de Encuentro Manuel Broseta, que destacó “la autoridad del conocimiento que dispone Emilio Lamo de Espinosa para realizar esta presentación tan ambiciosa”.

Tras una breve presentación del Real Instituto Elcano del que fue fundador y actual presidente, el catedrático Emérito de la Universidad Complutense de Madrid, Emilio Lamo de Espinosa inició su ponencia explicando el título de su ponencia y el origen de esa “confusión”. En su opinión, debida a que “vivimos abnegados y enchufados a la cotidianeidad e inmediatez y perdemos las dimensiones de la distancia. Hay que tomar distancia en el tiempo y en el espacio”.

Lamo de Espinosa añadió que lo que está ocurriendo es que el mundo se encuentra en un proceso de transformación sin parangón, más extensa (la totalidad del mundo), más rápida (porque los ritmos de crecimiento de los países son incomparablemente más rápido que en la época clásica) y más intensa (afecta a más procesos) que la revolución industrial.

Las dos causas que explican el estado confuso del mundo. Por un lado, la divergencia demográfica entre el este y oeste. La población ha crecido de manera exponencial, pero no sólo en los países desarrollados, sino en el resto del mundo. Hace un siglo Europa era el 25% de la población, ahora es el 7% y sigue descendiendo. Más de la mitad de la población, el 60% está en Asia. Esto implica un envejecimiento de la población, pero en África en cambio, se concentra la mayor juventud.

Por otra parte, la convergencia tecnológica. Inventar es muy costoso, pero copiar es más sencillo. Por ello, copiamos a quién ha inventado un procedimiento menos costoso. Es la ventaja de llegar el último. Lo que se copia son todo tipo de innovaciones, duras o blandas, tecnología, pero también buena políticas, cultura, etc.

El resultado de esas dos causas es la productividad, por ejemplo de China, que es muy superior a la de un americano y los costes laborales mucho menores. Las potencias demográficas son ya potencias económicas. El volumen de población tiende a marcar el volumen del PIB. Cualquier país económicamente potente puede conceder préstamos y capacidad de negociar.

El índice de poder global está variando considerablemente, Estados Unidos y Europa está perdiendo, Japón y Rusia se mantienen, e India y China suben considerablemente.

Consecuencias al estado confuso del mundo

Algunas consecuencias, según apuntó el sociólogo, aunque parezca paradójico, es que el mundo va bien, hay más esperanza de vida, hay mejor renta per cápita (más riqueza), hay más bienestar y el progreso ha aumentado en muchos países. La democracia también se ha extendido y ha crecido enormemente. Desciende la pobreza, y hay una emergencia de una nueva clase media.

Pero, sin embargo, también se puede decir que el mundo no va bien para todos, porque todo es relativo. La desigualdad en los países pobres ha crecido mucho. En los países desarrollados también.

¿Cómo funciona el mundo en estos momentos?

Para Lamo de Espinosa, hay cuatro vectores fundamentales: el retraimiento de los Estados Unidos, el crecimiento de China que hace pivotar el mundo hacia Asia y el Pacífico, la apolaridad del mundo y por último, que Europa se encuentra más sola. Se debilita el “atlantismo” y su relación con Estados Unidos.

Pero la hegemonía americana persistirá.  El futuro próximo depende de USA, China y sus relaciones recíprocas. China nos merece más respeto del que le tenemos, son cultos, laboriosos, nacionalistas, una demografía en decadencia. Rusia es una potencia sobrevalorada. En realidad no tiene tantos recursos y una demografía desastrosa. Europa no acaba de estar, es el gran ausente, no somos un gran poder.

La primera conclusión para el Catedrático Emérito es la necesidad de Europa. La historia del mundo se ha escrito en Europa, pero dejó de ser así. Hay que preguntarse si en el futuro seremos capaces de escribir nuestra historia o de lo contrario, vendrán otros a escribirla.

Para finalizar Emilio Lamo de Espinosa quiso lanzar seis cuestiones abiertas para el futuro incierto.

1. La primera es sobre Trump, ¿Mandará el segundo mandato? Y si es así, ¿Se saldrá definitivamente de la OTAN? ¿Es un aliado o un contrincante?
2. Sobre China, ¿Acabará el ascenso pacífico? ¿Se democratizará China?
3. 1+2 es igual ¿Orden internacional multilateral (liberal) en un entorno multipolar? Instituciones débiles versus hombres fuertes, ¿Guerras comerciales, de divisas?
4. La UE, ¿marcha adelante o atrás? Brexit, ¿Se consumará? ¿Habrá otros exit? ¿Eje franco-alemán?
5. Miremos al Sur, ¿Estabilidad en el Magreb? ¿En el Sahel? Atentos al ascenso del África subsahariana.
6. ¿América latina seguirá ausente?

Acabó con una reflexión sobre un mapa del mundo, el tradicional que es “eurocéntrico”. Tenemos que aprender a pensar las cosas de otro modo. Ahora el nuevo mapa  sitúa en el extremo a Europa, en la periferia, y en el centro el pacífico, a un lado Asia y al otro, los Estados Unidos.

La primera conferencia de la temporada recibió a un nutrido grupo de socios, representantes institucionales y de la sociedad civil. Asistieron a la cita el Subdelegado del Gobierno en Valencia, José Roberto González Chamorro, el General de Brigada-Comandante Militar en Valencia y Castellón, Miguel Ángel Guil, varios diputados de Les Corts. Por lo que respecta a la sociedad civil, entre otros, asistieron el presidente de la CEV, Salvador Navarro o el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata.