Club de Encuentro

Manuel Broseta

15 diciembre, 2015

Luis Galindo ofreció una lección de vida en la conferencia que cierra la presidencia de Francisco Puchol

 

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pdf_3  Una lección de vitalidad,  pasión y generosidad fue lo que regaló al Club de Encuentro el conferenciante Luis Galindo en una noche especial.  La última conferencia del que ha sido presidente del Club de Encuentro en los últimos 16 años, Francisco Puchol, terminaba con un auditorio lleno que aplaudió, asintió, rio y se emocionó en una velada que muchos calificaron de mágica.  Para Francisco Puchol así lo fue, “un día importante” que quiso despedir con una conferencia que diera relevancia a “conceptos que parecen gastados como amistad, pasión, agradecimiento, ilusión”, manifestó. Puchol citó en la presentación del invitado algunas de las frases que mejor resumen la filosofía de Luis Galindo, del que se declaró “groupie” y destacó una trayectoria profesional que lo ha llevado a dar conferencias por todo el mundo en las mejores empresas, universidades e instituciones.  Destacó del invitado que “ayuda a los demás a que descubran que pueden  emocionarse y como cultivar las emociones”, además de subrayar que “lo más importante es que enseña que reilusionarse, que el optimismo inteligente, que la felicidad, la que genera el agradecimiento, el darse a los demás, se puede aprender”.

“Quiero crear un clima de reflexión colectiva”,  afirmó Luis Galindo nada más comenzar su intervención. Durante casi hora y media,  este aragonés afincado en Alicante recogió citas y pensamientos de grandes hombres de la historia, desde Galileo pasando por Ortega y Gasset o Nelson Mandela.  Galindo lanzó reflexiones “para que cada uno coja las que necesite”  con un único objetivo, aprender a que seamos la mejor versión de nosotros mismos, a cuidar de “nuestro jardín” y a luchar por ser cada día un poco mejores.

El invitado habló de los tres grupos de personas que existen, un 60% que “viven en automático”, un 20% los que están despiertos y el otro 20%, “un tercer grupo, los que nos levantamos intentando ser mejores, a ellos va dirigida la conferencia, a los que luchamos  por que el mundo sea mejor”, subrayó.  Para ello, dijo, tenemos que “cuidar de nuestro jardín”, es decir, trabajar en el ámbito más cercano a nosotros, la familia y el trabajo y hay que hacerlo a través de una visión inspiradora que permita visualizar nuestro objetivo, “un reto entusiasmate con un toque utópico”,

Una tarea que durante toda la charla repitió que “no era nada fácil” en esta sociedad “mediocre”, que “necesita más gente que se atreva a decir lo que los otros dicen que es imposible”.  Según Galindo, las personas debemos “creer que nuestra vida tiene que ser excelente” y para ello, una de las vías es “ayudar a otros a desarrollarse, ese es el inicio para que otros te ayuden a crecer”.

Galindo habló de “no ser tacaño con tu vida”, del peligro de “quedarse quieto”, de volver a ilusionarse y emocionarse por algo, pero sobre todo habló de pasión,  la misma que él transmitió durante toda la conferencia. Contó historias y puso ejemplos de personas con circunstancias durísimas que sin embargo se sobreponen y viven una vida llena de ilusión para poner de manifiesto que todos tenemos esa capacidad.

“Entrénate en ser la persona que quieres. El carácter se entrena”, expuso y dio algunas de las claves para mejorar: inquietud por aprender, los valores y la responsabilidad y la imagen que quieras dar a los tuyos son básicos a la hora de vivir con ilusión.  Galindo también apostó por educar en la austeridad porque solo así se puede disfrutar de lo sencillo.

Antes de finalizar su estimulante conferencia, Galindo tuvo palabras de cariño hacia Francisco Puchol, al que agradeció su labor desinteresada en el Club de Encuentro a lo largo de estos años para “mejorar la sociedad y mejorar Valencia”, manifestó entre los aplausos del público. “Regalar tu tiempo es lo máximo que le puedes ofrecer a alguien”, dijo.

“No os transforméis con los años, no os volváis escépticos, sed la mejor versión de vosotros mismos. No seáis tacaños con la vida.  Lo verdaderamente importante no es morirse, sino no haber vivido. No permitáis a nadie que os quite el brillo en los ojos” dijo antes de despedirse con una frase que resume a la perfección esta lección de vida que dio en el Club de Encuentro: “pon todo tu corazón, toda tu mente y toda tu alma en lo que hagas. Ese es el secreto de una vida plena”.

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