Club de Encuentro

Manuel Broseta

3 diciembre, 2012

«Cocinar es una declaración de amor»

PORTADA

pdf_3Tras una escritora de éxito y dos políticos de primer nivel, le  tocó el turno al cocinero Ricard Camarena, el último de los invitados del ejercicio 2012 en el Club de Encuentro.  El cocinero demostró ante los asistentes, que además de un gran profesional, Camarena es también una gran persona y ahí radica el secreto de su éxito.El presidente del Club, Francisco Puchol, fue el primero en tomar la palabra para destacar que esta invitación a Camarena supone también un reconocimiento “a una de las personas más importantes en el mundo de la cocina en la Comunidad Valenciana, en España, en Europa y en el mundo”.  A continuación, el presentador del ponente y miembro de la Junta, Francisco Grau, además de hacer un recorrido por la dilatada trayectoria profesional del chef,  subrayó del cocinero de Barx como “la vida profesional y personal de Camarena se va modelando y creciendo en su lugar de trabajo, las cocinas de sus restaurantes, allí es donde desarrolla su habilidad artística para manejar los sabores de la cocina valenciana”.

Ricard Camarena comenzó su intervención contando cómo empezó esta aventura culinaria. “En los orígenes está el secreto de muchas cosas. Los paso que hemos ido dando nos han llevado hasta donde estamos ahora” explicó. El cocinero descubrió su pasión por la cocina a una edad tardía. Aunque siempre había cocinado en casa, no fue hasta los 26 años cuando con el apoyo de su mujer, decide estudiar cocina en la Escuela de Hostelería de Valencia. Al finalizar sus estudios, se queda con el bar de la piscina de su pueblo, Barx, donde conjuga ese servicio con otro tipo de restauración un poco más elaborado por las noches.

Después de un par de años, él y su mujer se trasladaron a Gandía donde después de mucho esfuerzo, pudieron montar su primer restaurante de alta cocina: Arrop. “Fueron unos años muy bonitos donde trabajamos mucho y donde nos dimos cuenta de la importancia de la gestión empresarial, porque los cocineros nos olvidamos que nuestro día a día depende de una cuenta de resultados”.

Llegaron los premios y el reconocimiento y un hecho que marcaría la trayectoria de Camarena, la apertura de Food, el primer restaurante low cost de España. “Nos anticipamos en el tiempo, nos equivocamos en el concepto, y sobre todo faltaba una marca que potenciara esa marca low cost. Si no existe una primera, no puedo existir una segunda”.

Llegó la propuesta de abrir Arrop en Valencia y a pesar de “nuestra mentalidad conservadora, nos dimos cuenta de que cuanto más crecía nuestra cocina, más nos alejábamos del público de Gandía,  vimos que nuestro público objetivo estaba fuera”.  Era “el gran sueño de hostelería cuando aún creíamos que esos proyectos eran sostenibles”. El restaurante estuvo abierto durante tres años. Durante esos años, “tuvimos la ocasión de esbozar nuestro equipo”, además se dedicaron a realizar otro tipo de proyectos de asesoramiento internacional que serían muy importantes de cara al futuro. “Nos dimos cuenta que una parte importante de rentabilizar un proyecto de hostelería era poder vender los conocimientos y la experiencia gestionando cocinas”. En ese periodo, cuenta el cocinero cómo “vimos que teníamos que debíamos  tener un conocimiento pleno y un control máximo del proyecto en el que íbamos a involucrarnos”.  A partir de aquí, surgió la necesidad de crear el primer programa de gestión de cocina que recogiera todas esas necesidades y que saldrá a la luz en las próximas semanas.

El recién galardonado con una estrella Michelín contó cómo dieron el salto a los proyectos  actuales, entre ellos el asesoramiento del madrileño espacio Ramsés que sirvió “para dar visibilidad” posterior a otra propuestas y como una “fuente de ingresos recurrente”. “Mi cocina necesita de Valencia y del producto valenciano sobre todo” afirmó Camarena, que reconoció que aunque siempre se han sentido muy queridos por el gran público, “nuestro restaurante nunca ha sido popular,al menos no eran precios populares,  así que una manera de devolver el cariño de todos estos años era el Central Bar”, con el que han conseguido una afluencia de público importante, “hemos acercado la marca e incluso la hemos posicionado a nivel internacional”.

Canalla bistró y Ricard Camarena Restaurant son los otros dos proyectos, “totalmente diferentes pero indisolubles”. El primero de ellos se caracteriza por una cocina “muy viajada, irreverente, no necesariamente cocina creativa pero con un tique medio muy reducido”. Según Camarena, se puede hacer una cocina de calidad y bajar costes. Y este el concepto de Canalla Bistró.

Por último, Ricard Camarena Restaurant es el proyecto gastronómico más personal del cocinero y ello se nota en el local, una estructura abierta por todas partes. “Teníamos que hacer este restaurante para crear marca y para sentirnos realizados como profesionales y como personas” contó. “Este es un proyecto de personas y dirigido a personas” dijo. El cocinero terminó la conferencia  explicando el nuevo concepto de lo que él entiende por lujo. “El lujo es el tiempo que nos podemos dedicar al otro.  Nosotros le ponemos el acento. Esto se trata de cariño y de amor. Cocinar es una declaración de amor”. Para concluir, Camarena puso sobre la mesa una declaración de intenciones: “Hay profesionales, pero sobre todo hay personas. Con el factor humano podemos llegar hasta el infinito. La única forma para salir de esta es trabajando y con calidad humana”.El presidente del Club, Francisco Puchol, fue el primero en tomar la palabra para destacar que esta invitación a Camarena supone también un reconocimiento “a una de las personas más importantes en el mundo de la cocina en la Comunidad Valenciana, en España, en Europa y en el mundo”.  A continuación, el presentador del ponente y miembro de la Junta, Francisco Grau, además de hacer un recorrido por la dilatada trayectoria profesional del chef,  subrayó del cocinero de Barx como “la vida profesional y personal de Camarena se va modelando y creciendo en su lugar de trabajo, las cocinas de sus restaurantes, allí es donde desarrolla su habilidad artística para manejar los sabores de la cocina valenciana”.

Ricard Camarena comenzó su intervención contando cómo empezó esta aventura culinaria. “En los orígenes está el secreto de muchas cosas. Los paso que hemos ido dando nos han llevado hasta donde estamos ahora” explicó. El cocinero descubrió su pasión por la cocina a una edad tardía. Aunque siempre había cocinado en casa, no fue hasta los 26 años cuando con el apoyo de su mujer, decide estudiar cocina en la Escuela de Hostelería de Valencia. Al finalizar sus estudios, se queda con el bar de la piscina de su pueblo, Barx, donde conjuga ese servicio con otro tipo de restauración un poco más elaborado por las noches.

Después de un par de años, él y su mujer se trasladaron a Gandía donde después de mucho esfuerzo, pudieron montar su primer restaurante de alta cocina: Arrop. “Fueron unos años muy bonitos donde trabajamos mucho y donde nos dimos cuenta de la importancia de la gestión empresarial, porque los cocineros nos olvidamos que nuestro día a día depende de una cuenta de resultados”.

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Llegaron los premios y el reconocimiento y un hecho que marcaría la trayectoria de Camarena, la apertura de Food, el primer restaurante low cost de España. “Nos anticipamos en el tiempo, nos equivocamos en el concepto, y sobre todo faltaba una marca que potenciara esa marca low cost. Si no existe una primera, no puedo existir una segunda”.

Llegó la propuesta de abrir Arrop en Valencia y a pesar de “nuestra mentalidad conservadora, nos dimos cuenta de que cuanto más crecía nuestra cocina, más nos alejábamos del público de Gandía,  vimos que nuestro público objetivo estaba fuera”.  Era “el gran sueño de hostelería cuando aún creíamos que esos proyectos eran sostenibles”. El restaurante estuvo abierto durante tres años. Durante esos años, “tuvimos la ocasión de esbozar nuestro equipo”, además se dedicaron a realizar otro tipo de proyectos de asesoramiento internacional que serían muy importantes de cara al futuro. “Nos dimos cuenta que una parte importante de rentabilizar un proyecto de hostelería era poder vender los conocimientos y la experiencia gestionando cocinas”. En ese periodo, cuenta el cocinero cómo “vimos que teníamos que debíamos  tener un conocimiento pleno y un control máximo del proyecto en el que íbamos a involucrarnos”.  A partir de aquí, surgió la necesidad de crear el primer programa de gestión de cocina que recogiera todas esas necesidades y que saldrá a la luz en las próximas semanas.

El recién galardonado con una estrella Michelín contó cómo dieron el salto a los proyectos  actuales, entre ellos el asesoramiento del madrileño espacio Ramsés que sirvió “para dar visibilidad” posterior a otra propuestas y como una “fuente de ingresos recurrente”. “Mi cocina necesita de Valencia y del producto valenciano sobre todo” afirmó Camarena, que reconoció que aunque siempre se han sentido muy queridos por el gran público, “nuestro restaurante nunca ha sido popular,al menos no eran precios populares,  así que una manera de devolver el cariño de todos estos años era el Central Bar”, con el que han conseguido una afluencia de público importante, “hemos acercado la marca e incluso la hemos posicionado a nivel internacional”.

Canalla bistró y Ricard Camarena Restaurant son los otros dos proyectos, “totalmente diferentes pero indisolubles”. El primero de ellos se caracteriza por una cocina “muy viajada, irreverente, no necesariamente cocina creativa pero con un tique medio muy reducido”. Según Camarena, se puede hacer una cocina de calidad y bajar costes. Y este el concepto de Canalla Bistró.

Por último, Ricard Camarena Restaurant es el proyecto gastronómico más personal del cocinero y ello se nota en el local, una estructura abierta por todas partes. “Teníamos que hacer este restaurante para crear marca y para sentirnos realizados como profesionales y como personas” contó. “Este es un proyecto de personas y dirigido a personas” dijo. El cocinero terminó la conferencia  explicando el nuevo concepto de lo que él entiende por lujo. “El lujo es el tiempo que nos podemos dedicar al otro.  Nosotros le ponemos el acento. Esto se trata de cariño y de amor. Cocinar es una declaración de amor”. Para concluir, Camarena puso sobre la mesa una declaración de intenciones: “Hay profesionales, pero sobre todo hay personas. Con el factor humano podemos llegar hasta el infinito. La única forma para salir de esta es trabajando y con calidad humana”.

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